Por la mañana todos los días íbamos a la playa.Estuvimos jugando con la arena. Bueno, papá haciendo castillos y yo pisándolos.
Y también nos hemos bañado mucho.
Otro día papá hizo un agujero tan grande que yo cabía dentro.
Y también me puse el cubo de sombrero.
Eso sí, terminaba tan cansado que mientras mis papás se duchaban antes de comer, yo me quedaba dormido por cualquier lado.
Por la tarde algunos días nos quedábamos en la piscina del hotel. Y para merendar un rico sandwich y un helado.
Un día mientras yo merendaba, papá fue a jugar un partido de waterpolo. ¡Y metió un gol!
Otras tardes nos íbamos a pasear . Un día nos montamos en un tren que recorría varios pueblos.
Otro día fuimos a Mojácar y a las Carboneras.
También fuimos a La Garrucha, y allí me monté en las ferias.
Y por la noche en el hotel íbamos a bailar a la minidisco. ¡eso era lo que más me gustaba!
¡Ah! Y este es Castor, la mascota del hotel. Aunque he de reconocer que a mí me daba un poco de miedo acercarme.
Me lo he pasado genial. ¡Ya estoy esperando que lleguen las vacaciones del próximo verano!