La semana pasada pasamos unos días en la montaña, en un pueblo del Pirineo que se llama Fago. Como había sido el cumpleaños de papá, los yayos le regalaron unas vacaciones en una casa rural, así que para allí nos fuimos todos: papá y mamá, Inés y yo, los cuatro yayos y el tío Jorge.
El primer día comimos en un refugio. Era un sitio muy bonito, y además había caballos.
Pero no veas la tormenta de granizo que nos pilló luego en el coche.
El día siguiente fuimos al Roncal, que está en Navarra. Vimos varios pueblos y un bosque de hayas. Y nos hicimos unas fotos en una caseta de piedra.
El tercer día fuimos a dar un paseo por Linza, por un bosque muy chulo que había. Había unos árboles muy grandes.
Y también una fuente.
Papá metió los pies en el río. Le encanta hacerlo cuando vamos a la montaña.
Y mientras yo me dediqué a tirar piedras al río desde un puente.
Y después, para recuperar fuerzas, fuimos a comer a una borda un buen plato de migas. Bueno, yo la verdad es que comí un buen plato de sopa y una longaniza.
Me lo he pasado muy bien estos días con toda mi familia. A ver dónde son las próximas vacaciones.
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