Yo intenté aguantar toda la cena, pero al final el sueño me pudo y tuve que irme a dormir. Y mientras estaba durmiendo, ¿a que no sabeis quien vino a mi casa? Pues....
PAPÁ NOEL
Eso sí, no se olvidó de mí porque cuando me levanté por la mañana me había dejado un montón de regalos.
¡Y ahora, a esperar a los Reyes Magos!
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