En casa nos pusimos las camisetas, cogimos la bufanda y para allí que nos fuimos papá, mamá y yo.
Luego al campo llegó el tío Jorge.
Había un montón de gente chillando y aplaudiendo, y claro, como todos aplaudían, pues yo también. Ni que decir tiene, que les tuve que chillar y decir cosas a todos los de alrededor, aunque estaban tan concentrados en el partido que casi nadie me decía nada. ¡Qué sosos!
La verdad es que estuvo divertido, pero al final yo ya me cansaba un poco, así que así fue como terminé el partido.
Bueno, y así seguí en el coche de vuelta a casa.
Y mañana más emociones nuevas, ¡Que empiezo la guardería!
1 comentarios:
com esta aficion tenemos que ganar algo suguro . eres el aficionado mas guapo pero del mundo mundial , como te gusta ati que te digan y tienes razon que son unos sosos los que tenias a tu lado (menos papa,mama y el tio)no compredo como preferian ver el partido a estar diciendote cosas a ti
Publicar un comentario
Hola, soy Bruno. Me encanta leer tus comentarios.